domingo, 16 de mayo de 2010

Un hombre de fuertes cimientos te dice cómo inició en el gigantesco negocio de construcción de viviendas


Cuando Luis Orvañanos Lascurain cursaba la secundaria, estaba de moda coleccionar estampas. Él disfrutó de esa corriente al más puro estilo emprendedor: en lugar de comprarlas para compilarlas, iba directamente con el fabricante y luego se las vendía a sus compañeros. Fue un negocio rentable.

Y es que al actual director de Grupo GEO, una de las empresas de vivienda más importantes en México, siempre le gustó hacer negocios. Forjó su adolescencia en el seno de una familia mexicana cuyo padre, Jorge Orvañanos ,quien fuera presidente de Coparmex, fue clave en su enseñanza y formación laboral.

Desde que Luis era pequeño, su padre lo llevaba a las empresas en donde trabajaba, al igual que a sus cinco hermanos. "Era parte de nuestras vacaciones. Yo creo que así empezó el gusto por el trabajo, la aproximación a lo que es tener responsabilidades y saber lo que es salir adelante con méritos propios", narra este emprendedor mexicano.

Se hizo responsable de sí mismo a los 15 años, cuando lo enviaron a estudiar la preparatoria al Tecnológico de Monterrey. Más tarde, cuando regresó a la ciudad de México, decidió estudiar arquitectura en la Universidad Iberoamericana.

Al concluir la carrera, ingresó al proyecto de construcción del Transporte Colectivo Metro, pues aunque sabía que en las fábricas de su padre tenía trabajo asegurado, a él le interesaba construir sus propios sueños. Sin embargo, algunos años después tomó la decisión de renunciar pues "no me gustó cómo actuaban mis jefes", platica.

Una vez que había elegido el giro, el comienzo fue cuesta arriba.

"La hice de todo en los inicios del negocio. Me iba con mis planos a hacer los trámites, a sacar las licencias, convencía a las autoridades... si tenía que ir sábados y domingos a vender las casas, iba con mi sombrilla", asegura Orvañanos Lascurain.

En materia de decisiones de negocios, debió aprender, además, muchas lecciones. Una de las más valiosas, en sus palabras, fue: "reinvertir las ganancias aún en momentos difíciles".

"Con el dinero que gané de las dos primeras casas, le compré a un pariente cinco terrenos en Arboledas e hice cinco casas más, cuyos créditos negocié, en 1973, con Banca Cremi".

Nunca imaginó que el negocio que empezó con dos casas iba a crecer como lo hizo. "A finales de la década de 70, cuando GEO ya tenía un consejo directivo y construía 200 casas anuales, pensé que ya había hecho el negocio de mi vida".

Fue hasta mediados de los 80, al entrar en la Bolsa Mexicana de Valores, cuando la empresa inició su crecimiento real: de las dos mil 800 casas que construía al año, GEO de pronto erigía ocho mil viviendas en el mismo periodo.



Este éxito no se explica sin varios traspiés y algunos sacrificios importantes. Según comenta Orvañanos, destinó buena parte de su tiempo a atender el negocio, lo que lo llevó, en algunas épocas, a dejar a un lado su vida personal.



Otra lección, en sus palabras, es que: "las asociaciones en el sector vivienda no funcionan; trabajar con otra empresa del mismo rubro no me ha funcionado nunca. Hice negocios con otros desarrolladores de Chile y Estados Unidos y aprendí que no hay como manejar uno mismo el negocio a todas horas, con gente muy bien alineada con el proyecto, pero ser uno el que tenga el control", afirma.



A 32 años de haber construido sus primeras dos casas, el entrevistado ofrece un consejo a los emprendedores: "Si quieren progresar en un negocio, no queda más que trabajar, jamás tiren la toalla; entre más se registra un crecimiento, más deben esforzarse".

¿Cuál es el siguiente paso de este emprendedor? Él concluye: "Construir viviendas más económicas y muy dignas, que estén al alcance de la mayoría de la gente."

Fuente: Soy Entrepreneur.com
La autoridad on line para el emprendedor
http://www.soyentrepreneur.com/pagina.hts?N=14599
Enero 2002

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